Miradas Perdidas

jueves, marzo 30, 2006

Videoteca


Más allá de la postura que se tenga respecto a la producción cinematográfica nacional creo que Kamchatka es una peli digna de ser vista, al menos por aquellos a los que les interesa lo sucedido durante la última dictadura militar.
La trama devela el complicado papel de una joven pareja que, perseguida por los militares, busca educar a sus pequeños hijos, y a su vez, debe darle explicaciones acerca de la extraña situación en la que viven (huyendo permanentemente, debiendo seguir ciertas pautas establecidas por sus padres, etc.).
Un simple juego termina siendo la herramienta pedagógica utilizada para que desde niños comprendan el valor de los ideales y la importancia de la resistencia frente a la injusticia.
Veanla y después me cuentan...

miércoles, marzo 29, 2006

La teoría de los dos demonios

Apesar de que todavía existen personas que justifican el accionar asesino y delirante de las Fuerzas Armadas Argentinas durante el macabramente llamado "Proceso de Reorganización Nacional" -por ejemplo el diario La Nación- validando la Teoría de los Dos Demonios, a mi no me quedan dudas de que tal postura es una falacia. Hasta en el informe de la Conadep sobre la desaparición de personas, el Nunca Más (reconocido socialmente como ícono de la lucha por la verdad), Sábato plantea esta teoría explicando en el prólogo que "durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda". Y es por esto que gran parte de organizaciones ligadas a los DDHH y hasta las mismas Abuelas de Plaza de Mayo lo rechazan.
En fin, no me quiero ir en palabras porque en este texto que les quiero presentar se resume muy claramente lo que pienso al respecto. Está escrito por el Dr. Enrique J. Marchiaro y lo encontré navegando un día por este hermoso río de información (ojo porque hay de todo, eh!) que es la net. El subrayado es mio. Espero les guste...





La teoría de los dos demonios

El proceso militar fue mucho más que una respuesta a la guerrilla del ERP y Montoneros. Por ello es nocivo -no sólo falaz- reducir la revisión del pasado a "una lucha entre los dos demonios".

La detención de ciertos ex líderes montoneros (quienes siguen renegando del control judicial y de una cuota mínima de autocrítica, al igual que los ex represores) puso a la luz situaciones conocidas para algunos.
Situaciones que de tan conocidas fueron negadas sistemáticamente a pesar de la contundencia de los hechos.
El control judicial permite no sólo la pena sino ante todo la verdad (de allí lo fundamental de los "juicios de la verdad"). Por ello quienes detentaron una cuota de poder e impunidad repudian al Poder Judicial, pues un juicio puede ser una forma de hacer público lo que desean mantener en secreto. Algo de esto hay en el tema del actual proceso a Firmenich.Más allá de posibles móviles políticos (también dijimos que el actual Presidente los puede tener, es inevitable) el error más grave es que de nuevo se limite el tema de los setenta a una "guerra" entre terroristas de un lado y del otro y la sociedad civil en el medio, impoluta. Al margen del proceso mundial de los setenta y de la propia historia patria, tan sangrienta y violenta como la europea y mundial.
Hemos dicho que es difícil asumir este pasado para quienes tienen más de treinta años y traumático seguramente para quienes vivieron de cerca hechos difíciles. Hagamos un ejercicio: cuando vemos cualquier hecho histórico del siglo XX argentino es inevitable "tomar partido" y "sanamente" identificarnos con cual o tan tendencia social. Pero cuando vamos a los setenta, ¿quién asume lo que fue, apoyó o dejó de hacer?¿Quién que no estuvo dirá "yo creo que tal sector tuvo más razón que el otro? ¿Quién se esforzará en ver las causas de la peor tragedia?
La teoría de los dos demonios dice lo siguiente: la sociedad argentina fue invadida de un día para otro por un demonio (los terroristas) y apareció como reacción otro demonio (los militares). Estos se fueron de control y todo terminó como luego se conoció con el Informe de la Conadep.Esta teoría tuvo móviles políticos (servir en la transición democrática) pero partió de una profunda visión de la sociedad argentina, la que vivió "de miedo en miedo" durante todo el siglo XX y lo sigue hoy viviendo (el miedo a la desocupación, a la exclusión, a enfermarse, etc.).
Esta teoría no es real hacia el pasado: el terrorismo de Estado aquí y en cualquier lugar del mundo es el peor de los terrorismos. Pues es el Terror Absoluto, sin límite ni control. Es el Estado que debe defendernos que se convierte en una máquina impersonal que aniquila física, moral, política y civilmente a sus ciudadanos.
Esta teoría no es real hacia lo que pasó: la sociedad argentina se fracturó hacia los sesenta en lo político (un conglomerado -liderado por el peronismo pero que no se agotaba en él- prometía cambiar las bases del poder en el país). Esta fractura de la sociedad nacional se daba también en Latinoamérica y el resto del mundo: el capitalismo estaba en jaque y parecía que "La hora de los pueblos" estaba por suceder.Ante ello el poder real mundial procedió brutalmente y reconfiguró económica y políticamente América Latina y buena parte del resto del mundo: mediante dictaduras feroces evitó el cambio social y la pérdida de privilegios y poder. Esto es lo que pasó: los sectores concentrados de la economía argentina de la mano de los militares sí se beneficiaron con el cambio y nació entonces el "neoliberalismo", cuyas consecuencias recién entendemos con el colapso 2000-2001.
La teoría de los dos demonios ha sido rebatida en el Juicio a las Juntas: allí se prueba sin duda alguna que el plan militar de represión y desaparición de disidentes alcanzaría a determinada dirigencia argentina que en su gran mayoría no pertenecía al ERP o Montoneros.Allí se probó que no fue una guerra sino una cacería. Allí se probó que antes del 24 de marzo de 1976 el problema de la guerrilla urbana estaba solucionado militarmente.La teoría de los dos demonios, finalmente, es peligrosa hacia el futuro: si reducimos el Proceso Militar a una lucha entre dos facciones terroristas dejamos de lado el problema central. Un sector de la propia sociedad argentina se arrogó el derecho de aniquilar a disidentes e imponer a sangre y fuego un modelo de país que hipotecó el futuro de generaciones. Hubo vencedores y vencidos, hubo quienes ganaron y quienes perdieron. No hubo una sociedad violada por uno u otro demonio sino que de su propio seno surgió el peor de los males, claro que incubado como dijimos por el poder internacional (La Comisión Trilateral con personas de carne y hueso, como H. Kissinger, brillante y brutal intelectual responsable junto a otros del "Terrorismo de Estado de América Latina").
Por ello entender el "Proceso" es clave para encontrar salidas a futuro. Y por ello los juicios actuales (incluso los que les tocan a los indultados como el mesiánico Firmenich) pueden servir, ya que son una oportunidad para alcanzar la verdad del horror y el consuelo que en lo personal y social el país requiere. Todavía hay mucho que hacer para que sea posible el "Nunca más".

Frases I

Los celos no son corrientemente más que una inquieta tiranía aplicada a los asuntos del amor.

Marcel Proust.-

viernes, marzo 24, 2006

Carta abierta a la Junta Militar

Leyendo La Capital me encontré con esto...la gota que revalsó el vaso lleno con sangre de los genocidas y que convirtiera a Rodolfo Walsh en una de las 30 mil miradas oscurecidas por la dictadura.
Su visión tan clara de la situación a tan sólo un año del golpe y en pleno funcionamiento de ese aparato de información "deformada y deformante", como diría Cortázar, demuestran la lucidez de su pensamiento y su compromiso con la justicia y la democracia.
Hoy, a 30 años del golpe genocida, les ofrezco disfrutar de un documento imperdible para seguir construyendo memoria...




Al cumplirse el primer aniversario del "Proceso", es decir el 24 de marzo de 1977, Rodolfo Walsh escribió esta "Carta abierta a la Junta Militar" donde denunció el terrorismo de Estado. Al día siguiente fue emboscado y baleado por un "grupo de tareas" de la Esma. Dentro de un portafolios de cuero llevaba una pistola calibre 22 y cinco ejemplares de esta célebre carta que se disponía a continuar repartiendo para intentar publicarla en los diarios, algo que jamás sucedió. Su cuerpo fue trasladado a la Esma y nunca más se supo de él. Pero este escrito no desapareció, sigue aquí, 29 años después.



CARTA ABIERTA A LA JUNTA MILITAR

1.- La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años. El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez, sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron. Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo. Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2.- Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados. De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras. La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas. Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3.- La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga. Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras. Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos. Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam. El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos. Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento. Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor. El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las tres armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4.- Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia. Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora. En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte. La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay. La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 armas. Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien deasde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de Prensa Libre Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales. A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".

5.- Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada. En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización". Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe. Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en sólo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia. Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

6.- Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos". El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos". Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional. Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores comandantes en jefe de las 3 armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas. Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh, CI 2.845.022

Publicado por La Capital (24-03-06)

Esto no es una presentación...

Así comienza mi espacio...sin muchas presentaciones porque ya me conocen, y sin objetivos prefijados porque no los tengo...

Pasen y lean, muchachos y muchachas...

Espero lo disfruten...


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